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Retomamos el club de lectura

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La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, de Antonio Tabuchi

 

Antonio Tabuchi  (Pisa, 1943) es uno de los escritores italianos contemporáneos más importantes. Profesor de Lengua y  Literatura Portuguesa en la Universidad de Siena. Portugal, sus gentes, su historia más reciente , sus paisajes, conforman la materia narrativa de algunas de sus obras más conocidas, como La dama de Porto Pim ( 1983), Sostiene Pereira (1994), Los últimos tres días de Fernando Pessoa ( poeta portugués cuya obra ha traducido al italiano)  o La cabeza perdida de Damasceno Monteiro(1997).

La obra de Tabuchi ha sido traducida a multitud de idiomas y ha recibido premios de extraordinario prestigio. Indudablemente Tabucchi es famoso por Sostiene Pereira, novela política  que incluso fue llevada a la pantalla con una de las últimas intervenciones de Marcelo Mastroianni en el papel principal. La cabeza perdida de Damasceno Monteiro es también una magnífica novela política que confirma a Tabucchi como uno de los mejores escritores italianos. Como en la historia de Pereira, la historia de Damasceno no es solamente ficticia.
La idea de escribir esta novela nace, como en el otro caso, de una noticia. El 24 de mayo de 1996, Carlos Rosa (Damasceno Monteiro), ciudadano portugués, fue asesinado y su cuerpo se halló en un parque público, decapitado y con señales de malos tratos.

 

El alma, el cuerpo y los ciudadanos políticos

Creo que todos debemos hacer política en sentido civil. Tenemos que exigir nuestros derechos. Como ciudadanos tenemos muchos deberes y tenemos que cumplirlos, pero hemos de exigir nuestros derechos. En estos momentos, en un país como Italia se han verificado casos de tortura. Italia, se adhirió a la Convención Europea contra la tortura, pero como esto no está incluido en el código penal, los policías culpables no fueron condenados. Yo creo que la literatura se puede y se debe ocupar de estas cosas. Kafka se ocupó de ello hace casi un siglo con ‘La colonia penal’.

Como ciudadanos tenemos que defender el derecho a nuestro cuerpo, el derecho a no ser castigados de forma física. Yo respeto mucho a quienes creen en el alma, pero, a lo largo de la historia, existen muchos períodos históricos en los que el alma existe y otros en los que no, períodos en los que hay más y otros momentos en que el alma está de vacaciones. Pero el cuerpo siempre existe, no ha cambiado, y hay que cuidarlo.

                                               Antonio Tabuchi

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