Mención especial primer ciclo de la ESO
Sam recogía sus cosas irritada harta de soportar a los mismos imbéciles todo el día. Al salir del edificio, paró en seco y apretó los puños. No quería volver a casa, quería estar sola y que todo el mundo le dejara en paz, que dejaran de hacer como si realmente se preocuparan por ella. Mientras se perdia en el laberinto que eran sus pensamientos, en ese momento echó a correr hacia el sendero que llevaba al bosque. Caminó durante bastante tiempo, hasta quedarse exsahusta, levantó la cabeza y se vió sola en el bosque, completamente desorientada. Una espesa y agobiante niebla había caído sobre toda la ciudad en cuestión de minutos.
Sam se sentó en el suelo, encogió las piernas y apagó sus brazos sobre ellas, no sabía que hacer. De repente un destello de luz le sacó de sus pensamientos. Vio unas pequeñas criaturas, sorprendido se levantó y alzó el brazo para tocarlo, pero dasaparecióy apareció unos metros más allá. Sintió como si una voz hablase, una voz tierna y cariñosa. Cuando dejó de oirlo sonrió, abrió las manos y la criatura se posó en ellas. Sam pronunció: Gracias; y después todo se volvió negro. Despertó lentamente y miró a su alrededor, estaba en la puerta del edificio, apoyada en la pared. Sin comprender lo que había ocurrido se incorporó y comenzó a caminar hacia su casa, con una sonrisa.
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