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Los lectores escriben

La vida

 

  La vida es un suspiro, un instante,

  debemos vivirla intensamente,

  saboreando viejos momentos,

  cosechando bellos recuerdos.

  Aprender de los errores,

  para no volver a cometerlos.

  Planeando un futuro sobre el presente.

  Teniendo en cuenta el pasado.

  Ahora que es todo tan complicado,

  más fuerte debemos estar para enfrentarnos

  día a día a la adversidad.

  Que no falten sueños,

  proyectos e ilusiones.

  Al final la vida en un suspiro

  se va. ¡Vívela!

 

      Ana Ponce Sánchez, 2º ESO C

 

 

 

 

 

 

 

Atardecer en el mar



Azul brillante,

como una estrella fugaz.

Las tardes,

algodones rosáceos

desaparecen por el horizonte,

ruido bello de las olas,

la mar me enamora.


Un azul mortecino baila,

sobre la popa de los barcos,

a proa un faro,

un faro reluciente.

En las rocas,

chocan olas como latidos,

como labios.


Miriam Valdés Amaya, 2º ESO C

Cómic de Irene Brenes

Cómic de Irene Brenes

Cómic realizado por Irene Brenes, alumna de 2º de ESO F, en la clase de Lengua ( María Lara).

Mi rincón favorito

Mi rincón favorito

Para mí, el rincón favorito de mi pueblo es un lugar donde se encuentra “La Cobijá”, que es una figura de una mujer esbelta vestida con un traje negro que le cubre todo el cuerpo, excepto el ojo derecho. Este es mi rincón favorito porque en él se encuentra un balcón desde el que puedo observar Vejer entero y además tras él se encuentran unas callejuelas rodeadas por una muralla. Este lugar es blanco y maravilloso.

 

                             Alba María García Quintana, 2º ESO E

 


Poesía

Poesía

En un palacio una lámpara,

en esa lámpara un genio,

y en ese genio estás tú.

Sales de mi deseo, pero pasa él.

Entonces todo se acaba

y el fin es al revés.

Tú que vuelves al genio,

el genio que vuelve a su lámpara,

y la lámpara que vuelve al palacio.

 

                   David Ruiz Morales, 2º ESO E

Mi habitación

Mi habitación

Abro mi habitación y huelo a mi colonia favorita, un olor  muy peculiar que me recuerda a mi niñez.
   Me siento en mi cama y recuerdo los bonitos sueños. A la derecha de mi cama tengo un cuadro con fotos de cuando era pequeña y justo debajo una mesa donde hago mis tareas. Arriba se encuentran mis estanterías llenas de álbumes, colonias, dibujos y muchas cosas más. Mi armario es grande y de color marrón, situado frente a un mueble donde guardo mis  libros y el ordenador.
    La lampara desprende una luz cálida que ilumina toda la habitación.

                                              Alba García Quintana, 2º ESO C

 

Imagen: cuadro La habitación de Van Gogh en Arles

 

Mi habitación

Mi habitación
Al entrar en mi habitación, me siento realmente como yo soy. A mano izquierda, una mesita de noche con el Ipod, el móvil y un libro. Más adelante, la cama con una almohada llena de sueños y recuerdos vividos. A continuación, un mueble con una impresora y una tele, y justo al lado la ventana. A la derecha hay una gran estantería con miles de recuerdos, pósters, libros y trabajos antiguos de mi madre y de mi padre que me hacen tener un objetivo al que quiero llegar. En la pared, hay posits con mensajes y un póster de John Lennon, que dice así : Imagina que no hay paraíso ni infierno, imagina que no hay países ni nada por que matar o morir, no es tan difícil si lo intentas...

 

                                    José Juan Galván Rodríguez. 2º ESO E

Arcta el gigante de la montaña

Arcta el gigante de la montaña

Este libro trata sobre un chico y una chica que liberan a fieras en un reino llamado Avantia, deben liberar a una especie de mono llamado Arcta, el libro comienza con una peligrosa avalancha que consigen evitar porque se refugian en una cueva.

Este libro me ha gustado por que mezcla fantasía y realidad y porque acaba muy bien y me gusta el planteamiento del libro.

 

José Luis 3ºA

¿Es posible escribir el mismo libro que otro autor, palabra por palabra?

¿Es posible escribir el mismo libro que otro autor, palabra por palabra?

En el texto de Borges se da tal caso, o sea, Pierre Menard consigue escribir el Quijote tal y como lo había hecho Cervantes. Para ello, recreó las circunstancias en las que se había encontrado el verdadero autor y, como resultado, ofreció al mundo una copia exacta del clásico. No obstante, hay algo de lo que Borges no se percató. Al escribir un libro no solo influyen las circunstancias o lo que te rode: época, sociedad, clase social, ideales, etc. La mente es algo más que el producto de influencias del entorno: cada uno de nosotros alberga una especie de esencia que nos hace diferentes unos de otros. Llamémosla alma o espíritu, ya que al fin y al cabo eso es lo de menos. Pero la realidad es que esa esencia nos hace únicos y, como consecuencia, aquello que escribimos también lo es.

                                                                                       Cristina G.

La espada de Medialuna, relato fantástico.

       Era una noche de verano, ya había terminado el instituto. Un chico, llamado Félix, volvía a su casa tras jugar al baloncesto. Pensaba llamar a su novia en cuanto se duchara para salir. Ya estaba pensando en todo lo que harían por la noche, pero algo deshizo todas sus ideas. Félix vio a su novia Mary, pero estaba con otro; estaba besando a otro chico. Al ver eso, Félix sentía odio, aunque al mismo tiempo tristeza pues era su primera novia, y estaba con otro chico. Decidió seguir su camino.

       Llegó a su casa, sus padres habían salido, y se duchó. Tras la ducha se puso el pijama, no tenía ganas de salir, se preparó algo para cenar y vio la televisión hasta altas horas de la noche. Pasada la una de la madrugada decidió acostarse para dormir, pero no podía, tan solo pensaba en la escena que vio volviendo a su casa. Al ver que no podía dormir, decidió salir a dar un paseo y se vistió con lo primero que encontró.

       En la calle hacía un frescor agradable, ese frescor de las noches de verano que animan a salir a la calle con los amigos. Eran las dos de la madrugada, los jóvenes ya regresaban a sus casas tras una noche divertida. Félix decidió dar un paseo por el parque que estaba cerca de su casa. No había nadie allí, excepto un borracho y un viejo con un gorro sentado en un banco. De pronto, el viejo se levantó y se dirigió a Félix. El joven dudó si evitarlo o hablar con él, por lo que se quedó parado, y el viejo habló con él:

       – ¿Qué hace un joven como tú a tan altas horas de la noche?

       –Tan solo doy un paseo para relajarme dado que no podía dormir.

El viejo, que llevaba un sombrero y una chaqueta vaquera. Incluso pantalones vaqueros, le siguió hablando:

       –Algo tan importante ha de ser para pasear por este parque solitario.

       –Tan solo es un problema con una chica.

       –Pobre –dijo el viejo, sacando una espada de su abrigo–, esto podría ayudarte.

       – ¿Una espada?, ¿cómo puede ayudarme un arma a recuperar a una chica?

       –Sencillo –habló el viejo esbozando una sonrisa –. No es una espada cualquiera, es la espada de la Medialuna.

       – ¿La espada de la Medialuna?

       –Sí, una espada que cada vez que se refleja la mitad de la luna, adquiere un poder especial. Quien la porte, adquiere poderes inimaginables.

       –De acuerdo, pero no puedo tener una espada.

       –Tonterías, cógela.

       El viejo desapareció en cuanto dijo su última palabra, y la espada permaneció allí. Félix dudó, si la cogía dónde la escondía; y si otra persona la cogía, podría utilizarla para matar a alguien, algo que él no podría dejar que otra persona muriera. Cogió la espada, una espada oscura, y se la llevó a su casa.

       Al día siguiente, Félix se levantó a las doce y fue a correr por el parque, su objetivo era encontrar al viejo a la vez que hacía ejercicio. Tras correr media hora por el parque, no encontró al viejo y regresó a casa. Se duchó y comió, y tras esto, recibió una llamada al móvil:

       –Ten cuidado guardián de la espada de Medialuna –dijo una voz grave y desconocida.

       – ¿Quién eres? –la persona que le llamó, cortó la conversación.

       Decidió ver una película, la primera que encontró, y tras verla fue a jugar al baloncesto.

       Félix era un jugador de baloncesto bastante bueno, apenas fallaba los triples, pero no llegaba a canasta debido a su baja estatura. Esa tarde jugó solo.

       Sin darse cuenta, ya se le había hecho de noche. Iba a volver a casa, cuando una persona encapuchada se presentó delante de él, ni siquiera sabía de dónde había salido.

       –Prepárate para morir guardián de la espada de Medialuna –dijo la voz que lo llamó por teléfono, y aquella persona desenvainó una espada.

       –Yo no tengo espada.

       –Mira a tu espalda.

       Allí estaba, la espada de Medialuna, la encontró hincada en el suelo. Pensó que no podía sacarla, pero la espada salió con mucha facilidad del suelo.

       –Ahora podemos comenzar el duelo – dijo aquella persona con la capucha, y conforme pronunció estas palabras, lanzó un ataque a Félix.

       Félix logró esquivarlo, y se dio cuenta de que su espada brillaba como la luna. Con una fuerza mucho mayor a la que tenía normalmente, Félix lanzó otro ataque. Su enemigo evitó cualquier corte, pero de la fuerza del golpe entre las dos espadas, dio una voltereta hacia atrás, y desapareció. Félix pudo ver la cara de su contrincante, blanca como la nieve.

       El joven Félix, decidió correr a su casa antes de que aquella persona encapuchada volviera a atacarle. En mitad del camino, comenzó a llover torrencialmente y Félix se extrañó, las nubes eran rojas y pronto apareció una neblina bastante densa a su alrededor. En poco tiempo, estaba en un sitio desconocido, a su alrededor había montañas negras, y el suelo que pisaba tan solo estaba formado por rocas, no había ni un rastro de vida por aquella zona. Alguien apoyó una mano en su hombro y Félix se volvió. Félix vio aquella cara blanca de aquel contrincante encapuchado y entabló combate.

       Los golpes iban de un lado a otro, tras dos horas de combate, ninguno de los dos estaban cansados. Se miraban fijamente, observaban todos los movimientos, los del contrincante y los propios. Pero no veían la luna que estaba encima de ellos, una luna que por cada golpe se volvía más roja. De pronto, una voz les paró:

       – ¡Alto! No luchéis más – dijo el viejo, el dueño de la espada; qué hacía allí –. Si seguís luchando, el mal podrá gobernar el mundo de nuevo.

       Las espadas cayeron, y el choque con el suelo retumbó como si un meteorito hubiera caído en aquel lugar.

       –Félix, estás luchando contra ti mismo –explicó el viejo.

       –No se parece a mí.

       –Es tu lado oculto, la parte de tu ser que no ha salido a la luz.

       Repentinamente, un ser con forma de llama apareció allí, y lanzó una inmensa llamarada. Félix usó su espada para desviarla.

       – ¿Qué es eso?

       –Un ser del inframundo. Se han abierto las puertas del mal –dijo el viejo.

       – ¿Hay alguna forma de cerrar las puertas? –preguntó Félix desesperado.

       –Vencer al mismo Diablo.

       – ¡¿Qué?! –Félix no daba crédito a lo que oía.

       –Tranquilo, la única dificultad es que el Diablo tomará la forma de la persona a la que más amas.

       – ¿Y si no la hay?

       –No lo sé.

       El ser encapuchado, el lado oculto de Félix, cambió repentinamente. Se transformó en un ser de fuego, mucho mayor que el que lanzó la llamarada, el cual había desaparecido. Un monstruo de tres metros se erguía delante de Félix, lanzando llamas a su alrededor.

       –Atácale a la cabeza.

Félix se disponía a hacerlo, pero aquel ser tenía una espada mucho más grande.

       Félix tenía que enfrentarse a ese ser, que era él mismo y todo el mal que pudiera haber. Un poderoso enemigo que gobernaría el mundo si no lo destruía.

       –Félix, actúa, atácale.

       Por fin Félix se decidía a atacar, pegó un salto para colgarse en el brazo del Diablo, subió hasta la cabeza, y clavó su espada en mitad de la cabeza de aquel ser. Todo aquel lugar se convirtió en luz.

       Félix se despertó, estaba delante del televisor con la cena, la cena de aquel día en que su novia besó a otro chico y él lo vio. Pronto comprendió lo ocurrido, había tenido un sueño, en el cual se enfrentó a todo el odio que tenía en su interior. Decidió acostarse.

       Al día siguiente, Félix decidió cortar con su novia. Decidió que no le convenía alguien que se iba con el primero que se encontraba, pero optó por explicarlo todo y controlar su odio de aquí en adelante por si ocurriera algo parecido a lo del sueño.

Juan Luis Tejero

Marzo de 2009

Sueños

Sueños

Mis amigos y yo corríamos muy rápido por una pendiente hacia abajo, nunca nos cánsabamos y estábamos todo el tiempo riéndonos.
 
Un hombre me robó la cartera mientras yo estaba paseando tranquilamente. Miré por todos los lados pero había desaparecido; de repente, apareció al final de la calle y me sonrió, levantando el brazo sujetando mi cartera. Luego, desapareció de nuevo.
 
 
Vivimos para cumplir dos objetivos: soñar...y soñar eternamente.
 
 
Julia 3º ESO A.

Actividad de la asignatura Educación para la ciudadanía.

A la cobijada

A la cobijada

Vestida en radiante negro,

blusa blanca con encajes

y de corazón inmenso.

Te hallas en el suspiro de mujer,

en el grito del reclamo,

en la lucha contra el tiempo,

y no queda más que silencio.

En el olvido de la lucha,

cobijada del recuedo.

Vida abnegada,

curtida de sufrimientos.

Breve imagen que contrasta

con el blanco de tus calles;

erguida y orgullosa,

pasea a través de los tiempos.

Discreta y casta madre,

esposa ejemplar y serena.

Cobijada, en la luz clara

bajo un cielo de promesas.

Vestida en radiante negro,

blusa blanca con encajes

y de corazón, inmenso.

El Ángelus de Millet

El Ángelus de Millet
La definición del arte moderno fue dada por Pierre Guillard el 11 de agosto de 1932. Pierre Guilliard había realizado estudios científicos. Su profesión: ingeniero.
Se abalanza sobre El Ángelus de Millet. Atraviesa la tela con varias cuchilladas. Es reducido por los guardianes. En el puesto de policía al que lo llevan los guardias del Museo del Louvre declara:
- Al menos se hablará de mí.
La puesta por delante de uno mismo, el rechazo al sometimiento, el odio a todo lo que fue del esto fue, tal es la triple tesis del arte moderno.
La alergia a la dependencia, el descrédito de lo anterior, la eliminación del antaño, tales son las tesis del progreso.
Hiere al campesino en el pantalón, hiere a la mujer inclinada en el brazo. El cielo fue irreparable.

Ana del Moral

El sentido de la vida

El sentido de la vida

LA VIDA

             Muchas veces me pregunto: ¿qué hago en este mundo y cómo realmente se ha formado y yo he llegado hasta aquí? Es una sensación muy rara si de verdad piensas en ello y algunas veces te entran ganas de dejarlo todo y hacer realmente lo que te gusta. Simplemente no ir más al colegio, por ejemplo, sino viajar, estar en la calle todo el día… pero eso sólo te pasa por la cabeza durante un instante y si realmente lo piensas, en esta vida hay que hacer cosas que no te gustan para conseguir algo que sí, como el ejemplo del colegio para más adelante intentar llevar una vida mejor.

 Pienso que es una oportunidad muy buena disfrutar de nuestra vida y que tenemos que aprovechar porque no sabemos si luego habrá otra vida o no, y por ello debemos ser felices. No me creo ningún mito ni ninguna religión del primer ser humano ya que eso no lo puede saber nadie y son hechos que realmente no se pueden demostrar.

Pienso que la vida ha existido siempre y en realidad no me gustaría saber nada más. Aunque, por otra parte, es muy intrigante poder averiguar cómo se creó el mundo.

 Pienso que cada persona vive para seguir formando el mundo y que no se acabe nunca. Cuando pienso que todos vamos a morir prefiero cambiar de pensamiento ya que es algo en lo que no quiero pensar y que me da miedo y cuando sea el momento sucederá, pero hasta entonces prefiero olvidar que existe una muerte, y seguir viviendo la vida.

Coco. 1º Bach.